Desde sus comienzos el CEAH ha estado al servicio del contexto social histórico en que ha vivido, formando jóvenes de sectores vulnerables que ven en la educación técnico profesional una oportunidad de salir adelante, de moverse socialmente, una oportunidad de partir. En estos 60 años de vida de
nuestro centro educacional el énfasis ha estado en los valores. Tenemos una combinación formación técnica de calidad con la formación valórica. Hoy tenemos una misión que no ha cambiado, pero nos hemos ido acomodando y ajustando, siempre centrados en servir a aquello que tienen dificultades.
Eso en el contexto de la actualidad cobra mucho sentido, porque si bien hoy las familias son distintas a las de antes, lo cierto es que hoy no existen las dificultades materiales, pero existen otras: las dificultades sociales, que tal vez son más difíciles de enfrentar. Por otro lado, el CEAH se ha abierto a familias de migrantes y eso nos ha permitido enriquecernos como personas y ampliar la conciencia de profesores y alumnos.
En lo académico la apuesta ha sido la calidad de la formación técnica del CEAH la que desde un comienzo ha sido muy reconocida, porque este proyecto partió muy bien armado, con buenos recursos. No se creó una escuela técnica para cumplir, desde el comienzo hubo mucha conciencia y trabajo, nuestros fundadores se esforzaron para tener una infraestructura acorde con las exigencias de este tipo de educación.
Y eso se ha tratado de mantener, una oferta muy cercana a la realidad laboral que les permite a los chiquillos conocer su especialidad y tener la oportunidad de iniciarse en el mundo del trabajo con una brecha más pequeña.